Raw (Crudo), posibilidad poética para el canibalismo
Por Camilo Agramont
Análisis - Raw (Julia Ducournau, 2016)
"C'est grave" será la frase que defina el punto de inflexión entre la manifestación de los síntomas y la transformación definitiva en la metamorfosis de una joven estudiante de veterinaria, que conocerá el sabor y el placer de la carne (término ambiguo en esta película) durante sus primeras experiencias universitarias, un traumático proceso de adaptación y extravío que vivirá Justine, la protagonista.
La película alcanzó gran reconocimiento a nivel mundial, sobre todo por la presencia de lo grotesco, de esa sangre espesa y pegajosa que ha incomodado a tantos. Normalmente, no recomendaría una película cuyo mayor atractivo es lo extravagante, en este caso lo grotesco y visceral. Pero, luego de darle la hora y media necesaria a esta película, no me arrepiento de verla y la recomiendo por su historia, que esconde una pasión muy personal de su autora (al menos así me parece). No me resulta para nada una película de terror, a pesar por su uso de la sangre y el suspenso. Puede pasar como un thriller psicológico, con la particularidad de que se basa en una situación muy anclada en la realidad: la adaptación a un mundo superficial y concentrado en lo inmediato y lo pasajero. El mundo del vicio, el éxtasis y el sexo casual, experiencia de emociones fuertes durante la anestesia narcótica.
La entrada a ese mundo significa la pérdida de la inocencia, el cuestionamiento de la personalidad propia y la traición de algunos principios. Todo ese proceso doloroso en el que el personaje se transforma por su incompatibilidad con su ambiente se retrata de una manera acertada, creativa y con una fuerte metáfora: la antropofagia.
Explicado ya, es necesario reiterar que la historia es uno de los puntos fuertes de la película. Ese elemento se refuerza aún más con un guión bien estructurado y un montaje logrado en su totalidad. El relato sigue un ritmo donde la tensión no tiene muchos puntos bajos, partimos desde un plano general bastante largo, la tensión crece hasta dejarnos con una pregunta cuya respuesta encontraremos mucho más tarde, desde entonces se utilizarán los recursos para mantener la tensión, jugando con la intensidad como parte de una dinámica entre el exceso y la calma del remordimiento, entre la borrachera y la resaca. La duración de la película está llena de momentos fuertes y me atrevo a decir que muy poco o nada está de sobra en el montaje de la película.
Otro punto importante, también que apoya y hace funcionar efectivamente a los elementos anteriores (historia y ritmo del guión/montaje), es la música de Jim Williams. La música mantiene ese código de la intensidad, un claro ejemplo es la pista "Finger Scene", que parte de la calma para cortar y abruptamente dar con la melodía que maneja los momentos de mayor tensión. Logra el efecto preciso para contribuir a una narración dinámica e impactante. Lo que más me sorprende es que el sountrack de esta película sale del marco de otros trabajos de Williams, hay un evidente cambio, lo que demuestra un esfuerzo del autor y lo oportuno de su trabajo en el resto de la producción.
En esos tres ejes se maneja una película que, más allá de su recepción en el público, tiene mucho que ofrecer.
Ficha técnica
Título: Raw/Crudo
Título original: Grave
Director Julia Ducournau
Guionista Julia Ducournau
Productor Jean Des Fôrets
Julie Gayet
Nadia Turincev
Música Jim Williams
Fotografía Ruben Impens
Montaje Jean-Christophe Bouzy
Análisis - Raw (Julia Ducournau, 2016)
"C'est grave" será la frase que defina el punto de inflexión entre la manifestación de los síntomas y la transformación definitiva en la metamorfosis de una joven estudiante de veterinaria, que conocerá el sabor y el placer de la carne (término ambiguo en esta película) durante sus primeras experiencias universitarias, un traumático proceso de adaptación y extravío que vivirá Justine, la protagonista.
La película alcanzó gran reconocimiento a nivel mundial, sobre todo por la presencia de lo grotesco, de esa sangre espesa y pegajosa que ha incomodado a tantos. Normalmente, no recomendaría una película cuyo mayor atractivo es lo extravagante, en este caso lo grotesco y visceral. Pero, luego de darle la hora y media necesaria a esta película, no me arrepiento de verla y la recomiendo por su historia, que esconde una pasión muy personal de su autora (al menos así me parece). No me resulta para nada una película de terror, a pesar por su uso de la sangre y el suspenso. Puede pasar como un thriller psicológico, con la particularidad de que se basa en una situación muy anclada en la realidad: la adaptación a un mundo superficial y concentrado en lo inmediato y lo pasajero. El mundo del vicio, el éxtasis y el sexo casual, experiencia de emociones fuertes durante la anestesia narcótica.
La entrada a ese mundo significa la pérdida de la inocencia, el cuestionamiento de la personalidad propia y la traición de algunos principios. Todo ese proceso doloroso en el que el personaje se transforma por su incompatibilidad con su ambiente se retrata de una manera acertada, creativa y con una fuerte metáfora: la antropofagia.
Explicado ya, es necesario reiterar que la historia es uno de los puntos fuertes de la película. Ese elemento se refuerza aún más con un guión bien estructurado y un montaje logrado en su totalidad. El relato sigue un ritmo donde la tensión no tiene muchos puntos bajos, partimos desde un plano general bastante largo, la tensión crece hasta dejarnos con una pregunta cuya respuesta encontraremos mucho más tarde, desde entonces se utilizarán los recursos para mantener la tensión, jugando con la intensidad como parte de una dinámica entre el exceso y la calma del remordimiento, entre la borrachera y la resaca. La duración de la película está llena de momentos fuertes y me atrevo a decir que muy poco o nada está de sobra en el montaje de la película.
Otro punto importante, también que apoya y hace funcionar efectivamente a los elementos anteriores (historia y ritmo del guión/montaje), es la música de Jim Williams. La música mantiene ese código de la intensidad, un claro ejemplo es la pista "Finger Scene", que parte de la calma para cortar y abruptamente dar con la melodía que maneja los momentos de mayor tensión. Logra el efecto preciso para contribuir a una narración dinámica e impactante. Lo que más me sorprende es que el sountrack de esta película sale del marco de otros trabajos de Williams, hay un evidente cambio, lo que demuestra un esfuerzo del autor y lo oportuno de su trabajo en el resto de la producción.
En esos tres ejes se maneja una película que, más allá de su recepción en el público, tiene mucho que ofrecer.
Ficha técnica
Título: Raw/Crudo
Título original: Grave
Director Julia Ducournau
Guionista Julia Ducournau
Productor Jean Des Fôrets
Julie Gayet
Nadia Turincev
Música Jim Williams
Fotografía Ruben Impens
Montaje Jean-Christophe Bouzy
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