Alps, hacer ajeno lo propio

Análisis - Alps (Yorgos Lanthimos, 2011)

Por Camilo Agramont


"Cuando el final está aquí, los "Alps" están cerca", un grupo de cuatro personas que se ocupan de tomar en lugar de los fallecidos en familias que no logran superar su pérdida. Es el tercer largometraje del griego Yorgos Lanthimos, una historia sobre la vida posterior a la muerte, esa que le toca a los que siguen vivos.

Pero, aunque la existencia y la muerte son un tema importante en Alps, la película es una muestra de la relación conflictiva entre lo ajeno y lo propio. Esa relación de "yo" y "el otro" que se ve quebrantada por la muerte. Todo eso con el condimento de los suplantadores que salieron de la mente de Lanthimos, quienes dejan en evidencia la naturaleza más básica de las correspondencias interpersonales.

Los personajes, dos hombres y dos mujeres
que cumplen con sus rutinas laborales a diario, ya sea la de enfermero, conductor de ambulancia, gimnasta o entrenador de gimnasia, como también cumplen con sus roles durante las reuniones de "Alps", donde analizan sus posibles "clientes" y deciden quién se hará cargo de cada suplantación, tienen una disfunción en su vida privada, la cual se divide en la personificación de diferentes personas, no tenemos pista alguna de quienes son estas personas, no se vierte ningún detalle de su identidad real.

Podemos ver a la protagonista del film durante varias de esas suplantaciones y cada uno de sus roles es convincente, ella parece no tener ninguna cualidad "propia", nada que le pertenezca, es una forma predispuesta a asumir el papel que le asignan en Alps, tiene un anhelo por esos roles ajenos, el vacío que tiene ella hacen que las suplantaciones sean indispensables en su vida.

Esa pulsión por la adaptación a un rol, por la personificación de una identidad ajena. Todos los miembros de Alps sufren del mismo mal, compiten por los roles, necesitan cada vez más. "¿Cuál es tu actor de hollywood favorito?" esa es una preocupación principal para los "Alps". Es su ausencia propia la que los mueve a completar el vacío ajeno, el sufrimiento de otras personas por la ausencia de alguien más.

Estas suplantaciones son igualmente o incluso más necesarias para las familias de los fallecidos, ellos son quienes construyen el personaje, quienes corrijen las fallas de los Alps hasta que logren una interpretación perfectamente convincente (un error le cuesta caro a cualquiera de los suplantadores), una interpretación que llene el vacío que han dejado sus parientes al partir.


Pero, ¿dónde está ese vacío? la ruptura del vínculo entre el propio y el ajeno significa el eco permanente, la soledad de una voz que no encuentra respuesta, pero esto sólo sucede en quien continúa concentrado en la correspondencia. Ellos necesitan de ese otro que los escuche, la pérdida de lo ajeno significa un daño inevitable en lo propio para estas personas. La ausencia sólo existe en ellos, es una ausencia propia que sólo puede completarse con ese pedazo que no depende de ellos, la presencia de un ente ajeno.

Cuando la protagonista es expulsada del grupo, ella se verá llena de ese vacío (sí, es un oxímoron), pues ya no queda nada más. Imposibilitada de ocupar un lugar, de interpretar un rol, ella intenterá interrumpir en ese mundo ajeno que ya no la permite, irónicamente porque es extraña a ese sistema. Porque lo desconocido que representa y todo lo que podría ser propio en ella no encaja con ese conjunto ajeno. Porque ella no ha formado parte de ese intercambio donde se enredan las características de lo propio y lo ajeno, dos elementos que a pesar de ser contrarios no pueden dejar de estar juntas.

Es una codependencia, ellos figuran el rol pero necesitan apropiarse de lo ajeno, y a la vez hacer ajeno lo propio. Es algo que vemos durante la película. Lo que buscan quienes utilizan el servicio de los Alps es ser parte de ese mundo privado e íntimo de los ajenos, quieren irrumpir en él, entrar por la fuerza y hacerlo suyo de alguna manera. Están los padres que sólo quieren ver a su hija con su novio en una íntima demostración de afecto para ser testigos y poder entrar a esa vida privada, la anciana que a pesar de estar ciega, sólo necesita encontrar a su marido con su mejor amiga en la cama para entrar y golpearlos a ambos.

Estos que se benefician de la suplantación sólo quieren enredarse más en estos dos polos de las relaciones interpersonales, que ansiamos mezclar incesantemente porque al explorar lo ajeno, aunque haciéndolo por la fuerza, estamos manteniendo vivo lo propio. Tememos a esa ausencia y no podemos soportarla. El cuadro del que extrae Lanthimos esta película es ese incesante juego de pérdidas, reemplazos, ausencias y complementos que vivimos a diario.

Sólo debemos evitar que se cierren las puertas, como sucede con la protagonista de la película. Sin lo ajeno se marchita lo propio, se agranda el vacío y se muere sin espacios que se completen, con un vació donde no se divisan límites, donde no hay nada para recuperar.

Ficha técnica

Director: Yorgos Lanthimos 
 
Productores: Haos Films, Hellenic Radio & Television (ERT), Faliro House 
                           Productions 
 
Guionistas: Efthymis Filippou, Giorgos Lanthimos 
 
Actores: Aris Servetalis, Ariane Labed, Johnny Vekris
 
Género: Drama
 
País: Grecia
 
Duración: 93 min.
 
Año: 2011
 
Titulo Original: Alpeis

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