Genealogía del cine: apuntes, debates y diálogos de un brumoso origen

Por: José Luis Durán Paredes

El presente artículo, pretende ser una monografía de la historia del cine, a partir de la exposición de ideas que surgieron del punto de vista de varios autores al momento de intentar establecer fechas o sucesos históricos objetivos e inamovibles del origen del cine, y sus dificultades para cumplir semejante meta. Hasta el día de hoy no se tiene muy claro cuál es el punto o los puntos germinales del cine ni el de sus artífices más lejanos o próximos. Por lo tanto, Pepa de Lokoto quiere contribuir al pensamiento conflictivo de nuestros lectores, haciendo una genealogía de ideas y sucesos, con la finalidad de generar interés en este problema y, de esta manera, puedan formar sus propias conclusiones.

Comencemos por el suceso objetivo, o categorizado como momento oficial del origen del cine. El 28 de diciembre de 1895, los hermanos Louis y Auguste Lumière en París presentan en un café su primera proyección de su cinematógrafo. Para ubicarnos en la historia y en particular en este suceso, tenemos que tener en cuenta el contexto social y cultural de Europa durante el siglo XIX.

La actividad de los inventores asciende por la Revolución Industrial y es el oficio que mayor promoción e incentivo tiene por parte del Estado. Todos quieren crear y presentar sus inventos en ferias y exposiciones públicas, lo que causa una desmesurada competitividad. Tanto Alemania como Estados Unidos intentaban presentar algún invento que presente imágenes en movimiento. Es en esta parte que entran los Lumière con su rol de inventores, no artistas.  

Pero lo que le otorgó el destino del espectáculo al cinematógrafo sería, como cuenta el profesor y crítico de cine, Enrique Pulecio, la presencia de Georges Méliès (Viaje a la Luna), que, al parecer, sería el verdadero hecho histórico que iniciaría el cine tal y como lo conocemos. Méliès no vio en el invento de los Lumière un artefacto científico y tecnológico, sino una oportunidad para modificar y mejorar su trabajo de ilusionista. Sin embargo, no debemos cercenar la promoción artística de los propios Lumière de su invento, porque las imágenes que presentaban tenían una composición pictórica, en cuanto abarcaba los principios estéticos de iluminación y sombras, líneas y perspectivas. Pero el sentido teatral y dramatización como tal, nacería con la mentalidad de Méliès y su espectáculo.

Mas no es esta la única manera de tratar el origen del cine. El otro punto de vista, surge de un pasado más remoto al del cinematógrafo de los Lumière y su presentación en 1895. Por ejemplo, André Bazin nos retrocede hasta el arte y el embalsamiento de los cadáveres en el antiguo Egipto. Todo esto demostró en su momento, el conflicto que tenía la cultura egipcia con la muerte y la inmortalidad, y su intento de escapar del tiempo. Era su forma de ser, de observar su realidad, y de representarla a partir de su arte, que estaba estrechamente ligado con la mentalidad religiosa.


Posteriormente, a partir de la expresión artística, la pintura comenzó a mantener en el recuerdo imágenes y momentos de lo cotidiano. El naturalismo y el realismo serían las que retratarían el ambiente y el espacio de la vida del exterior, durante el siglo XVII, hasta la llegada del manejo de las tres dimensiones, con la invención de la perspectiva, según Bazin, que nace de una necesidad psicológica, más que estética, del hombre. Pero, posteriormente, el descenso de la Europa agrícola del siglo XIX, el surgimiento de la tecnología y la migración del campo a la ciudad, genera, en palabras del colombiano Pulecio, "ritmos cambiantes" que la tecnología otorga a la forma de vida de las ciudades. La representaciones de la naturaleza y la religión fueron quedando de lado, para que el artista comience a expresar algo más complejo, ya no tal y como se expresa, sino por como la subjetividad del propio pintor: el impresionismo.

Sin embargo, el arte necesitaba desligarse de su obsesión por reflejar la realidad, tal y como se presenta al artista o a partir de su subjetividad. La creación del cine, y la fotografía, es lo que dará paso al divorcio del arte con el retrato de la semejanza, con el posimpresionismo y el surgimiento del expresionismo. Y el cine será el nuevo medio para que el artista represente la cotidianidad, a partir de su propia idea y visión. Su arraigo al espectáculo, con la presencia de Mélies y sus experimentos con el cinematógrafo, se encuentra ligado a esta forma de expresión artística del pasado del arte y su expresión pictórica. De esta forma, el concepto de director nace con su intención de emanar la dramaturgia en sus imágenes en movimiento.


Para finalizar, como se pudo repasar en este artículo, el cine tiene un conflicto al momento de escudriñar en su pasado u orígenes. Podríamos decir que su nacimiento es el resultado de un proceso científico y de modernización tecnológica; o la consecuencia de años de evolución en la forma de hacer arte a través de la pintura, o incluso una casualidad, que surge de la anecdótica presencia de Georges Méliès en aquel café de París, donde los hermanos Lumière presentaron públicamente su invento. Pero es necesario tener siempre en mente este debate vivo, pues posiblemente sea una de las pocas formas de generar una mentalidad conflictiva en el mal acostumbrado espectador de la cultura actual, que ofrece contenidos banalizados, y poder pensar en un cine que comprometa el pensar del resto, ya sea a partir de la filosofía del retroprogreso o una posible evolución estética. 

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