Un repaso por Canción de Hielo y Fuego y Juego de Tronos
Por: José Luis Durán Paredes
Se estrena la
séptima temporada de la exitosa serie de HBO, Juego de Tronos. Los más fieles
seguidores están al tanto que la serie se encuentra unos pasos más adelante que
las novelas. Pero es muy probable que aquellos pasos se desviaron por otro
camino, una ruta un poco más gentil, con menos piedras y carreteras
deshabitadas. Punto de vista que deja en la incertidumbre la trama en general,
pues ni los libros ni la serie televisiva tendrían la última (y mejor) palabra.
Y, a manera de celebrar el inicio de la temporada, Pepa de Lokoto realiza un
análisis completo de la obra literaria y la serie televisiva, observando
diferencias generales y específicas, tanto en el estado de las tramas, como los
relatos que subyacen en pocas páginas de los libros.
Conociendo el mundo
Está claro que
existen bastantes heterogeneidades entre la serie de HBO y los libros de
fantasía de George R. R. Martin. En cierto punto, entre la cuarta y quinta
temporada de la serie televisiva, incluso en la tercera temporada, varios
correlatos de la novela comienzan a desaparecer, al igual que personajes y
lugares. Los más fieles lectores, por ejemplo, vivimos un momento emocionante
al leer la Batalla del Forca Verde (Juego de Tronos, capítulo 62), en la que
Tyrion, que se encuentra en el lado izquierdo de la vanguardia del ejército
Lannister, observa el dramático acercamiento del ejercito norteño, dispuesto a
la lucha, que comienza a exponer entre los arboles las banderas que figuran las
correspondientes empresas de sus señores feudales; o los silbidos de las
flechas que se percutan, que dan pie al comienzo de la batalla, en la que
Tyrion, hacha en mano, y acompañado de sus Clanes de las Montañas de la Luna,
envía diestros y mortales golpes al enemigo. Batalla que fue aludida de manera
graciosa en la serie televisiva, noqueando a Tyrion antes de la llegada de las
tropas de Lord Bolton, para que este solo sea despertado por Bronn una vez
culminada la escaramuza. Aunque aún así es posible observar los resultados de
tan masivo movimiento de soldados, cuando se observan metros y metros de
cadáveres de soldados Stark.
Sin embargo, cabe
resaltar la prioridad que le dio HBO a ciertos sucesos, que son reflejados casi
de manera similar al de las novelas de Canción de Hielo y Fuego como la Batalla
del Aguasnegras, la Boda Roja y Purpura (esta última es en la que muere
Joffrey) o el combate singular entre Gregor Clegane y Oberyn Martell. Pero
también surgen desapariciones por completo de correlatos como el prólogo de
Festín de Cuervos (Canción de Hielo y Fuego IV), que ocurre en Antigua, a las
puertas de la Ciudadela, o el epílogo de Tormenta de Espadas (Canción de Hielo
y Fuego III), con la aparición de personajes como Lady Corazón de Piedra. O encontramos
sin sentidos, como la inexistencia de la Compañía Audaz o el cambio de su líder
Vargo Hoat, por un personaje simbólico llamado Locke; entre otros que iremos
señalando en el análisis. En mi opinión, ya entrando en el caudal volátil de la
subjetividad, el omitir a los Titiriteros Sangrientos (la Compañía Audaz) del
violento y gris ambiente en el que se encuentra Poniente durante la tercera
temporada, consecuencia de la guerra entre sureños y norteños, fue un detalle
negativo y que mermó el verdadero impacto nostálgico a los tele-espectadores,
de la cruda realidad en la que se encuentra esta sociedad en la novela.
Canción de Hielo y
Fuego se acerca más a una historia distópica, que a un género épico de la
literatura; por más de que este se encuentre ambientado en un mundo de fantasía
medieval, el cual es una de las convenciones características de la epopeya.
Pero ya desde un inicio, aquel entregado lector que decide surcar la monumental
extensión de esta obra, se dará cuenta que Poniente y las Tierra Libres no
hacen gala de ser un mundo habitado por simpáticos caballeros, leales a su
juramento de cuidado de los más débiles, ni de preciosos castillos, decorados
con envidiables calles que lucen una limpieza digna de hogares de reyes y
nobles. Juego de Trono (Canción de Hielo y Fuego I) desde un comienzo nos
expone a Robert Baratheon -personaje que fue conocido como un gran y valiente
guerrero, por rebelarse contra la malvada dinastía Targaryen- como un rey con
sobrepeso, alcohólico y adicto a las prostitutas. George R. R. Martin, con este
ejemplo, destruye la idealización del héroe como personaje de moral
inquebrantable, que representa una sociedad. Además, ya en Choque de Reyes
(Canción de Hielo y Fuego II), la segunda novela de la saga, notamos que los caballeros
no tienen intención alguna de defender a los débiles, pues bajo una actitud
egocéntrica e inescrupulosa, son violentos y peligrosos; lo que reivindica el
carácter distópico de este mundo medieval. Las calles de Desembarco del Rey se
caracterizan por su olor a carne podrida de los mercados, excrementos y
prostíbulos por doquier, donde se viola, roba y asesina sin regularización
alguna. Y, por si fuera poco, aquel
reducido número de personajes que resguardan su honor y aun creen en la
justicia y la lealtad, con los que el lector generará una romántica empatía,
caen en la trampa de la ingenuidad y son asesinados cruelmente.
Vargo Hoat y la
existencia de la Compañía Audaz son el resultado de ese mundo en el que las
ideas son inexistentes y la paz se encuentra quebrada. En la guerra, personas
inocentes son violadas y asesinadas por soldados de ambos bandos y sus
cadáveres cuelgan con una soga al cuello en los árboles, decorando las
carreteras de Poniente. Nadie está salvo, lo que genera una desmesurada
emigración hacia Desembarco del Rey. Y mercenarios como los Titiriteros
Sangrientos, que disfrutan cercenando partes del cuerpo de sus presas, aparecen
en este estado sin leyes y toman partido en la guerra. Pero detalles como estos
se pierden en la serie televisiva, y uno, al ver los resultados de HBO, piensa
que realmente ve una epopeya de fantasía medieval en vez de un mundo en plena decadencia
ideológica.
Situación de las tramas, entre la tv y los libros
Muchos creemos que
la Batalla de los Bastardos (6X09) es visualmente un ejemplo a seguir, para
cualquiera que en el cine o la televisión se embarque a la empresa de
mostrarnos un enfrentamiento a gran escala de ejércitos oponentes. El plano
secuencia en el que Jon Snow se encuentra en medio del fragor de la batalla,
con espada en mano atento a cualquier ataque, mientras a su alrededor se lleva
a cabo una masacre a las puertas de Invernalia, es simplemente algo épico, que
garantiza una emoción que te roba el aliento. Sin embargo, es un acontecimiento
inexistente en los libros de la saga; al igual que la llegada de Daenerys, con
sus Inmaculados y sus hordas Dothraki, a Poniente; la derrota de Stannis en la
Batalla de Invernalia, o el asesinato de los Frey, por parte de Arya Stark.
Entonces, ¿cuál es
el estado de la historia en la saga de Canción de Hielo y Fuego? Primero
expongamos las tramas principales. En el norte, tras las murallas de
Invernalia, el ejército Bolton, Frey y Manderly se encuentran en desorden y
pelean entre ellos, debido a la incertidumbre que les deja el hecho de
encontrar a alguien muerto cada amanecer. Stannis, además, tiene el apoyo de un
numeroso ejército, entre los que se encuentran familias norteñas. Sin embargo,
Ramsay Bolton envía un cuervo a Jon Snow, diciéndole que derroto en batalla a
Stannis, lo que genera nuevas interrogantes. Por su parte, Jon Snow decide
partir a pelear con un ejército de salvajes contra Ramsay, pero es apuñalado
por sus hermanos de la Guardia de la Noche (en los libros, aun no se conoce
su destino).
Entre otros
correlatos tenemos la aparición de Lady Corazón de Piedra, que es nada más y
nada menos que Catelyn Stark; con el tono de piel blanco, al igual que su
cabello, las heridas en su facción, consecuencia de la locura que le invade
después de ver morir a su hijo Robb Stark, y la garganta abierta. Ahora es un
ser cruel, sediento de venganza, y lidera a la Hermandad sin Estandartes. Theon
Grenjoy es rescatado por Mance Rayder, que después de morir, ahora se encuentra
bajo el cuerpo del Casaca de Matraca.
Al otro lado del
Mar Angosto, Daenerys se prepara para el asedio que la coalición de los amos de
los esclavos, junto con mercenarios, realizarán sobre Meereen. Drogon, que
escapó episodios previos, ahora reaparece en pleno evento de las arenas de
combate (al igual que la serie televisiva) y Dany se sube a sus lomos
desapareciendo en el horizonte. Por lo que el gobierno de Meereen cae sobre los
hombros de su esposo Hizdahr zo Loraq, que será derrocado por Barristan Selmy. Lo
sorprendente de este otro lado del mundo, es la aparición de Aegon Targaryen,
que es el sobrino de Daenerys, que también sobrevivió a la rebelión de Robert.
En este personaje germina un nuevo correlato, puesto que ahora controla a la
Compañía Dorada, y decide dirigirse con sus diez mil hombres a Poniente, antes
que Dany y sus dragones. Ya en Poniente, Aegon logra asediar Bastión de
Tormentas y espera un ataque de los Tyrell. Y hasta aquí nos trae la amplia
literatura de George Martin.
Probablemente se
omitió alguno que otro detalle, pero el artículo se centró en realizar un
análisis y repaso a escala global, con generalizaciones, sin pecar de
reduccionismo (con excepción del ejemplo de la Compañía Audaz). El mundo de
Canción de Hielo y Fuego posee una extensa gama de personajes y lugares, sin embargo,
donde yace su importancia y riqueza es la representación de una sociedad en
plena decadencia ideológica, con un notorio conflicto de intereses y manejo de
poder. La invitación a este apasionante mundo de fantasía medieval, está hecha.
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