Los resplandores de Kaufman

Análisis - Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004)

Por: José Luis Durán

“Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera”

El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Marquez



Los guiones de Charlie Kaufman se desarrollan a partir de dos pilares: el amor y la soledad; y de estas surgen otras troncalidades que bien culminan siendo desenlaces o ideas germinales. Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (Michel Gondry, 2004), es, probablemente, la mejor historia escrita por este guionista. La idea del amor y el olvido siempre van de la mano, aunque carezcan de funcionalidad y existencia propia, porque todos sabemos que no se puede olvidar a alguien que se amó, si no es a partir de la locura y la desesperación. Y ahí es donde surgen esas ramas que redundan en el núcleo del concepto de amor.

Eterno Resplandor no es una simple historia de drama y romance, como bien ya sabemos. Y es una de esas tantas cintas que intenta generar excepcionalidad en el cine romántico de industria, vendiéndonos alternativas para desarrollar una trama a partir del amor. Pero a diferencia de películas que tuvieron esta finalidad, como 500 días con ella, Simplemente no te quiere, Buscando un amigo para el fin del mundo, etc, etc., -que intentan ir en contra de la marea y las regularidades del romance hollywoodense, y simplemente terminan reivindicando la idea de amor de la industria- Eterno Resplandor sí cumple con su finalidad encomendada, no por su clímax, porque es debatible, sino por su manejo narrativo y estético.  

En un principio, suponiendo que las primeras imágenes no forman la corrupción de la analepsis, la cinta sí emana la contribución desmesurada e inverosímil del amor a primera vista, y la idea de “leyenda” con el concepto de amar se cumple al poner en escena a dos personajes de diferentes sexos solitarios que, por el azar, se sitúan en un mismo tiempo y espacio.


Pero la película de Gondry y Kaufman va más allá.  En tecnicismos de teoría cinematográfica, Eterno Resplandor reposa su trama sobre el cine subjetivo, que, según Luis Espinal, yace en el género de cine filosófico. Ese cine donde ya no se expresa una trama más allá de la mente de un personaje. Pero la filosofía no se reduce más que a un manejo de aforismos en los diálogos de los personajes y una forma impresionista de exposición de los espacios del recuerdo. También podríamos relacionarlo con el concepto de la vanguardia impresionista del arte, al exponer en imágenes una de muchas formas de ver los recuerdos de la mente y el proceso de olvido. Las caras borrosas con facciones brumosas y los sonidos deambulando por el eco, es la impresión propia del olvidar que emanó en la mente de estos cineastas.

Pero todo lo que le ocurre al protagonista de la película (Joel) y a la ficción de Kaufman, no es más que una consecuencia de algo casi inevitable, y poco tolerable de sentir: el desamor. Muchos cineastas han mostrado las consecuencias del desamor que surgen de un cine realista, como Woody Allen desde la comedia (Hanna y sus hermanas, Manhattan, Annie Hall, Café Society, etc.) o en el cine de Derek Cianfrance (en la genial The light between ocenas y Blue Valentine). Y es por esa misma intolerabilidad del amor que es necesario olvidar, algo que no podemos cumplir, pero que, si lo cumplimos, tal como muestra Eterno Resplandor, no serviría de mucho.



 Y en este punto entramos a lo “debatible” del clímax: ¿el amor es una leyenda? ¿el amor surge por construcción o por azar? Ambos personajes, Clementine y Joel, borran su memoria y no saben que ocurrió durante dos años de relación. Pero un reencuentro indeseado hace que la maquina vuelva a funcionar. Aquí la idea de amor y el concepto de eternidad, predestinación, metempsicosis, etc, etc., vuelve a nuestra forma de ver las relaciones amorosas y como las percibimos; es ir en contra la ingenuidad de la sociedad del espectáculo y consumo, o es redundar en la misma y constante formación del imaginario colectivo de lo que es el amor (¿?). Se los dejo para el debate. Como sea Eterno Resplandor es una cinta de estética y narración que nadie debe subvalorar.        

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